Entre los principales atractivos de Tianguistenco que han perdurado desde la época de los antiguos indígenas están su tianguis tradicional del día martes y sus artesanías textiles, dulces y platillos típicos de la región, que tienen por cualidad única que todavía se puede comprar como se hacía en antaño por la vía del trueque, intercambiando productos. La fama de sus suaves lienzos, gabanes y ropa de lana, atraen a cientos de visitantes a sus mercados.

En el tianguis del día martes, cientos de comerciantes ofrecen una inmensa variedad de prendas tejidas en los telares provenientes de Gualupita y en el centro del poblado está el mercado donde se puede saborear la exquisita barbacoa de carnero con su consomé, además de otros platillos y antojitos mexicanos. La arquitectura de la época de la Colonia dejó dos excelentes representantes: la Parroquia del Buen Suceso ubicada en el centro de Tianguistenco junto a la plaza principal, que muestra con orgullo en su fachada el estilo barroco del siglo XVIII y que guarda estrecha relación con la de Santa Prisca en Taxco, Guerrero, no sólo por el estilo y época de construcción, sino también porque fue el mismo benefactor Don José de la Borda quién la mandó edificar, de 1755 a 1797. Otro ejemplo del arte colonial se ubica en el poblado de Yancuictlalpan (Gualupita), con la iglesia de La Virgen de Guadalupe, que guarda en su interior un antiguo órgano de viento, joya del arte barroco.

Desde la lejanía las torres de la Iglesia de la Virgen del Buen Suceso construida en el siglo XVIII marcan el punto exacto donde se encuentra el centro del poblado. La fachada de estilo barroco ostenta una rica ornamentación en las columnas salomónicas de los extremos.

El templo tiene una sola nave de bóveda de medio cañón; en su interior, de estilo neoclásico, resaltan las columnas y los arcos de piedra sobre la blancura de sus altos muros. El altar principal todavía cuenta con imágenes de santos policromadas y en algunos casos trabajados con la técnica del estofado; también se aprecian pinturas de escenas religiosas.

Desde tiempos remotos este lugar fue un importante centro comercial donde se vendían toda clase de productos del campo, animales y lo que las lagunas y ciénegas producían para la dieta alimenticia; esta vocación siguió en la época de la Colonia, a tal punto que se instauró una aduana para controlar los tributos de la región. Actualmente el comercio textil es la principal fuente de ingresos del municipio.

El mercado principal todavía tiene reminiscencias prehispánicas, pues no sólo se compra con dinero, sino a la vieja usanza del “trueque” o intercambio de productos. Lo mismo sucede en el famoso tianguis de los días martes, considerado como uno de los más importantes en el Estado de México pues acuden más de 3,500 comerciantes.

El oficio de tejedor en el pueblo de Yancuictlalpan se ha heredado siglo tras siglo, de generación en generación. En la época indígena las hábiles manos de los artesanos realizaban en telar de cintura, tejidos de pequeños formatos que luego unían para formar telas del tamaño requerido. El telar de pedales fue introducido por los españoles en 1567, lo que modificó la industria textil, pues los lienzos son mucho más grandes.

Son tradición desde entonces los suaves gabanes y sarapes de lana, las mantas y frazadas, suéteres, mañanitas, abrigos, chales, chalecos, fajillas, calcetines, bufandas y gorros con las grecas tradicionales. La calidad de estos tejidos son reconocidos a nivel internacional y se exhiben y venden en muchos talleres y tiendas de la localidad.

El principal atractivo de esta iglesia ubicada en el poblado de Yancuictlalpan (Gualupita), es su órgano de viento, considerado una joya del arte barroco que en ocasiones especiales ofrece conciertos.

La iglesia tiene una sola nave con bóveda de medio cañón; sus dos altares secundarios forman una cruz latina propia de las construcciones religiosas del siglo XVI. Una inmensa pintura mural al óleo representa la imagen de la Virgen de Guadalupe rescatando las ánimas del purgatorio.